martes, 19 de julio de 2011
Segundo día en Ocurí
Serafna es la responsable de los estudios de enfermería en el IPTK, y nuestro enlace para desarrollar el proyecto aquí.
A las 10 a.m. decidimos subir a las instalaciones del IPTK, con muchas dudas, pues nadie se había puesto en contacto con nosotros aquí. Nuestra sorpresa fue que estaban todos arriba esperándonos. Espontáneamente se formó un circulo en el que nos dio la bienvenida Guido, responsable de la provincia de Chayanta, junto con todo el personal del IPTK. Nos presentamos uno a uno, y lo que en un principio fue inhóspito, pronto se hizo familiar.
Con Serafina vimos las necesidades para organizarnos y comenzar a atender a la población. Nos prepararon con mucho esmero en dispensario y nos quedó una consulta de lujo.
Una de nuestras preocupaciones a la llegada a Ocurí, era la aceptación, por parte de la población, de esta medicina tan diferente y desconocida para ellos. No sabíamos como nos iban a acoger, como nos íbamos a comunicar, todo dudas....
Después de comer, a las 3, fuimos a la radio, donde Julia y Serafina nos hicieron una entrevista para dar a conocer este proyecto. Una hora más tarde, teníamos el dispensario lleno de pacientes. Tuvimos que improvisar sobre la marcha y habilitar el espacio para atender a más pacientes simultáneamente. Batas blancas, material médico, historiales y.....nuestro primer paciente....allí estaba Freddy esperando en la puerta por más de media hora. Lo atendimos los tres, mientras Almudena, en un frenesí de agitación y expectación, no dejaba de llevar muebles a la consulta, ayudada por Crispín, primer paciente de Isa. !Qué ojos puso Crispín cuando vio las agujas en las manos de Isa!.....pasó del pánico a la admiración por la doctorsita. Almudena previno a Angel de la siguiente paciente, Francisca, "Angel, no habla nada de castellano, hay que buscar a Serafina"; Una abuelita con su nieta buscando ayuda para sus dolores. Al día siguiente Francisca debía caminar por muchas horas para continuar su trabajo como pastora de corderitos. Nicolás llevaba dos días esperando, así que cuando vio a Félix, se le abrieron los ojos más de los que los tenía. Tras una larga entrevista, Nicolás se tumba en la camilla con su inseparable gorro Quechua pegado a la cabeza.
Son personas que nos han llegado al corazón, y que han disipado todos nuestro temores iniciales. Son gente amable, necesitada, que se entrega a nosotros.
A las 6 anocheció, y muchos pacientes quedaron fuera, pendientes de ser atendidos al día siguientes.
Hoy iniciamos un nuevo día......que nos deparará.....?
Hasta pronto!
Crónica desde Ocurí
Hola a tod@s!!
Perdonar que no contestemos a los mensajes, os los agradecemos mucho. Aqui en Ocurí el acceso a Internet no es como en Sucre y la comunicación no es tan fácil.
Han pasado ya unos días desde nuestras últimas noticias y hoy encontramos un "huequito no más" para poder relataros nuestras peripecias.
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El domingo 17 por la mañana hicimos algunas compras en Sucre. Hoy podemos decir que no compramos nada que realmente fuese práctico aquí! Eso sí, no sé quien me hizo cargar con 6 papayas que parecían melones y que llegaron aquí para hacer mermelada.
Poco antes del salir del Hotel Pachamama nos encontramos con Fabián, el intrépido transportista del IPTK encargado de llevarnos al Fin del Mundo. Sus primeras palabras fueron: "llegáis tarde. Vámonos no más deprisita". Así que cargamos los bultos en un 4X4 y a las 11 emprendimos camino.
Todo bien hasta la salida de Sucre. Fabián da un giro al volante, se sale de la carretera asfaltada y atraviesa un campo lleno de coches de autoescuela y chanchitos (cerditos) correteando por todos lados. Se nos abre el paso a la Bolivia profunda, andina e indígena.
Tres horas de viaje por una pista de tierra, polvo y piedras. En el trayecto nos cruzamos con muchos camiones repletos de aldeanos en sus remolques que se trasladaban a la ciudad. El viaje tiene tela... las caras de los compañeros, en el coche, "astragados. Isa como un tomate, Félix cargado de maletas hasta arriba, Almudena con la uñas clavadas en el asidero y Ángel en 1ª clase (sentado delante)
El paisaje se dibuja con aldeas dispersas y sus gentes, las montañas se descubren por encima de los 4.000 metros. En un momento dado, se hace necesaria una parada: Isa no aguanta mas! "o paráis o reviento!" Así que aprovechamos todos para hacer nuestras necesidades. Se escucha de fondo la voz de félix decir: "Ángel... a favor del viento por favor!
Ya ceca de Ocurí, se ve a lo lejos, en lo alto de un valle, unas tiendas nómadas y Fabián nos explica que son agricultores que están secando el Chuñu, que es como una patata pequeñitas que pelan pisándolas en unas pozas de agua congelada. Luego las dejan secar con los frío vientos andinos del invierno. Nos bajamos del coche, Fabián preguntó si podíamos acercarnos. Vimos a estas personas, con rasgos de la estepa mongola, que realizaban todo el proceso. Nos llamó la atención la dureza del trabajo, sobre todo, el pisar el "chuñu" en las pozas de agua helada, con los pies descalzos. La familia nos ofreció un cuenquito de chuñu fresco con una salsa riquísima. Fabián insistió en que debíamos comerlo todo en señal de agradecimiento. Nosotros correspondimos devolviéndoles, en el mismo cuenco, algo de la fruta comprada en Sucre.
Llegamos a Ocurí.
Nos impactó el pueblo, la gente sentada en las calles. Ya no vemos más que población autóctona. Nada más llegar sentimos los efectos de la altura. Cuesta respirar y una mano invisible oprime el pecho, un paso significa un gran esfuerzo, y el corazón no recuerda que estamos más allá de los límites humanos entre el cielo y la tierra.
El portero del IPTK nos abre la casa donde vamos a alojarnos, en seguida nos pusimos a mover muebles como locos, mesas pallá, camas pacá, sillas pal otro lao, tratando hacer de éste un lugar acogedor y lo conseguimos, hoy esto es un 5 estrellas.
Aquí hace frío y viento a mansalva. Bajamos al pueblo, donde todo el mundo nos mira y nos sentimos ajenos, menos Félix que esta hecho un gitano. Pronto nos preparan unos huevos, algo de arroz, unas salchichas, dos cervezas y una FANTA tipo Tang. Intentamos comprar pero nadie nos entiende, aquí todo el mundo habla Quechua. Así transcurre nuestro primer día en Ocurí, un poco agobiados por la altura, pero como siempre muy unidos e ilusionados.
Familia Ocurí (Almudena, Isa, Ángel, Félix)
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